Entonces ya te resignas, le dedicas un hueco en tu diario, un par de canciones que te recuerdan a él y te resignas tú también a pasar, por aquello de la dignidad propia. Ahora ya no te importa más o menos... en realidad era de esperar no? Lo bueno no ha solido ser para tí entonces estás acostumbrada al rechazo, aunque eso no quiera decir que duela menos. Parece que la cosa no puede ir peor, pero sí, porque ahora no pasa. Ahora eso que siempre has querido te lo dan a probar... y te vuelves loca.
Empiezas a recordar todo aquel tiempo que perdiste en mirarle mientras él no hacía nada, y dejas de pensar y le ves a tu lado, hablando como una persona normal y te resulta raro, porque para ti no es humano sino un sueño hecho realidad. Y no quieres que acabe, odias escuchar a la gente pero a él le escucharías horas y horas, le observarías como habla y como te mira, y como no te mira cuando habla. Le seguirías tocando el pelo, porque te gusta, porque a él también le gusta y porque nunca habías visto un pelo igual.
Le mirarías fijamente sin cansarte y no parpadearías por no perderte un instante de su mirada, un simple parpadeo, un simple guiño... te das cuenta que todo cobra importancia si lo hace él.
Y le besarías, le besarías como si no hubiera fin, como si no hubieras nacido para otra cosa, porque si tus labios se despegan de los suyos te quedas sin aire, vacía....
Por todo esto puede ir peor aquello de enamorarse y fantasear. Porque ahora cuando todo ha pasado, te pellizcas, te preguntas si todo ha sido un sueño y te encuentras inmensamente alegre, hasta que pasa el tiempo y te das la ostia. La ostia de que él pasa. Porque es así, te enamoras y a él le da igual, porque no sabe nada y porque tampoco le importaría mucho saberlo.
http://nopareslalluvia.blogspot.com.es/2011/01/el-es-mucho-mejor-que-tu.html
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