Un segundo, un instante, y miles de sentimientos guardados en una canción y que estallan en cuanto las escuchamos... y entonces nos trasladamos a aquel lugar. Nos trasladamos a tiempos mejores, tiempos peores. Eso que sentíamos en esas etapas de nuestras vidas lo volvemos a sentir con una simple canción. Podríamos volver a esos lugares, podríamos volver a estar con esas mismas personas, pero no sería lo mismo. Una canción, una simple canción, nos puede hacer viajar a través del tiempo.
jueves, 22 de agosto de 2013
Hay canciones que suenan de repente, en momentos que de no ser por éstas, hubiésemos perdido en nuestra memoria.
Un segundo, un instante, y miles de sentimientos guardados en una canción y que estallan en cuanto las escuchamos... y entonces nos trasladamos a aquel lugar. Nos trasladamos a tiempos mejores, tiempos peores. Eso que sentíamos en esas etapas de nuestras vidas lo volvemos a sentir con una simple canción. Podríamos volver a esos lugares, podríamos volver a estar con esas mismas personas, pero no sería lo mismo. Una canción, una simple canción, nos puede hacer viajar a través del tiempo.
Un segundo, un instante, y miles de sentimientos guardados en una canción y que estallan en cuanto las escuchamos... y entonces nos trasladamos a aquel lugar. Nos trasladamos a tiempos mejores, tiempos peores. Eso que sentíamos en esas etapas de nuestras vidas lo volvemos a sentir con una simple canción. Podríamos volver a esos lugares, podríamos volver a estar con esas mismas personas, pero no sería lo mismo. Una canción, una simple canción, nos puede hacer viajar a través del tiempo.
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